El miedo es como la familia, que todos tenemos una. Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo, hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpable de lo que le pase a los demás, también miedo a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien al que queremos desaparezca.
Hoy he escuchado a un tal Punset en la tele, un señor encantandor, que decía que la felicidad es la ausencia del miedo.
Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien, a veces cuesta pero cuando empiezas lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar...y de repente!!! te das cuenta de que el miedo ya no te pertenece, a desaparecido como esa ropa que un día dejas de usar...
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